Sumario
El establecimiento de los puntos de activación es una de las piedras angulares del sistema de Financiamiento basado en Pronósticos. Para que una Sociedad Nacional pueda tener acceso a los fondos liberados automáticamente para sus acciones tempranas, su Protocolo de Acción Temprana debe definir claramente dónde y cuándo se asignarán los fondos y dónde y cuándo se brindará la asistencia. En el FbF, esto se decide según valores específicos de umbral basados en pronósticos meteorológicos y climáticos – los llamados activadores – que se definen para cada región.
La predicción de amenazas climáticas y meteorológicas ha mejorado significativamente en las últimas décadas y, de manera paralela, también ha aumentado nuestra capacidad para conocer los riesgos y la cantidad de datos disponibles para capturar los impactos de los desastres, la exposición y las vulnerabilidades. Estos avances en el pronóstico de amenazas y en la comprensión de los riesgos son esenciales para establecer los puntos de activación, los cuales permiten tomar las decisiones de actuar temprano antes de que se produzca un desastre.
El FbF está diseñado para eventos meteorológicos que según los pronósticos tendrán un impacto humanitario grave, p. ej. no basta saber la velocidad del viento pronosticado, necesitamos saber si la tormenta causará impacto. En el FbF, por ende, el punto de activación representa el nivel de pérdidas y de daños pronosticados (humanos, medios de vida, infraestructura, medio ambiente, etc.) o, en otras palabras, el nivel de impacto humanitario de un evento extremo que activará una acción. Si se predice la probabilidad de que se producirá un nivel de pérdidas/daño mayor al que se ha predeterminado, entonces actuamos.
Por esta razón, el enfoque de pronóstico basado en impacto es la base de la metodología de activación del FbF. Este se enfoca en lo que hará el clima y no solo en cómo será el clima. En el contexto humanitario y de desarrollo, el objetivo final de establecer activadores es brindar a los tomadores de decisiones la información que les permita saber cuándo y dónde deben realizarse las acciones tempranas y qué y quiénes probablemente serán afectados. De acuerdo con el enfoque de pronóstico basado en impacto, el modelo de activación se desarrolla en base a un análisis detallado del riesgo de las amenazas naturales pertinentes, que incluye evaluaciones del impacto de desastres pasados y análisis de los datos de exposición y de vulnerabilidad.
La identificación de los puntos de activación puede ser una tarea sumamente técnica y requerir recursos expertos. Es necesaria la cooperación entre los actores y las instituciones clave, incluyendo los servicios hidrometeorológicos nacionales (NHMS), las agencias de gestión del riesgo de desastres (GRD), los expertos en gestión de la información de riesgos y los actores humanitarios y de desarrollo, entre otros. Para incluir a todas las partes interesadas pertinentes, se sugiere el desarrollo de un grupo de trabajo multidisciplinario. En el caso de que exista un jefe o asesor técnico para el desarrollo del activador, podrían investigarse y elaborarse pasos específicos y presentar los resultados al grupo de trabajo. Las partes interesadas del grupo pueden ocasionalmente brindar retroalimentación al proceso y acordar los puntos de activación finales recomendados (consulte los términos de referencia del grupo técnico de trabajo).